Que como conciencia me dices la realidad más cruel
Y es adictiva
como el ardor en la boca
y las lágrimas en el pecho
que quieren salir pero aun desean saber más
Gritame.
Dime lo que piensas,
que de mí ya no sale ni una palabra.
Estoy perdida entre tus brazos.
En tu mar, ese deseo de tenerte.
¿Te alejo?
¿Te acerco?
No lo sé.
Solo tengo miedo.
Miedo al no saber.
¿Perderé el control?
Con esos susurros tan agudos,
no puedo escuchar mis pensamientos.
No sé si creerles,
ignorarlos o desecharlos totalmente.
Son secretos del inconsciente,
o miedo de ambos.
Nos acercamos y se desquitan,
recordándome lo que me he perdonado.
Dejando en mi memoria recuerdos indeseados.
Ahora dime.
¿Qué es lo que tú piensas?
Que tus palabras son temerosas
y solo salen a la luz de la luna,
acercándose al calor del fuego.
Están enrolladas de bellas palabras.
Me alivian.
Me dan confort,
y no me dejan respirar
¿Pero dónde están a la luz del sol?
Ya no sé cuál es mi mayor temor.
Solo quiero respuestas.
Solo dime tu verdad,
es la única que quiero,
que la mía ya la conozco.
(2 de mayo de 2015)
FPSA