El invierno se acerca.
No. Se va. Se aleja. Está en el ocaso, en tu memoria, pero no se siente en la
piel, ni en la sangre. Gritas “perdón” pero lo que dicen tus acciones es “Te
friegas”. Eres egoísta. Ahora sentirás la lumbre.
Decidimos en conjunto,
y en conjunto lo cambiaremos. No cae en tus manos, la responsabilidad la tengo
yo. Calla. Tú no sabes nada. Omite lo que quieres por el bien común. Así son
las cosas. Te quemaras si sigues así, sentirás mi ira, mi desprecio. Todos
hemos consumido nuestro tiempo, nuestro esfuerzo, haz el mismo sacrificio que
nosotros o cruje como una hoja seca que cae al pavimento y se encuentra sola.
Las demás hojas se deslizan con el aire, y tú, quedaras en el pavimento rota,
aplastada por el peso de tu castigo.
Tu esfuerzo no valdrá
nada, ni un solo dedo as rasgado. No conoces la fría gota de sudor en tu
frente, el calor en la piel ni el arrugar un papel para razonar un plan. Ahora
dime; “¿Es justo lo que haces?”, “¿Deberías tener un mejor trato?”. Recuerda
que no eres la única en el mundo, al tocar la tierra esta te traga por creer
que seguirá tus caprichos.
No dices nada pero al
tocar la tierra ya sé que has pensado. Ahora no te veo.
(16 de octubre de
2013)
FPSA
FPSA
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