No es que me abstenga a trabajar, sino que mi razón me lleva
a pensar que el tiempo es infinito. Que aquello que tengo frente a mi o este
que cuento por el retumbar de la manecilla no aplica para mí.
Lo sé, yo sé que si lo hace pero a veces el cuerpo lo olvida
y deja a la mente descansar por ratos prolongados que nada más convierte a un
cuerpo cansando en uno activo al dejar tus parpados recargarlo. Por esta razón realmente no se crea nada sustancioso, útil o necesario
para llegar a la meta que tanto veo y que quiero ya sentir en mí.
¿Y que es esa meta? Graduarme.
(12 de noviembre de 2013)
FPSA
(12 de noviembre de 2013)
FPSA
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