Subes la vereda por creerte intocable.
Crees en tu capacidad de escalar la montaña,
y aun después de la larga caminata,
no se ve en tus pasos las llagas.
La cumbre no se sube sola,
pero así afirmas haberlo hecho,
sin ningún alma que suspire junto a ti.
¿Abra sido solo un sueño?
Es un delirio tan grande,
que juras haberlo alanzado.
Ahora que tropieces,
ves que solo hay cantera.
Miraste atrás muy pronto,
y al frente no está la punta.
Así que fija tu mirada hacia adelante,
son muchos los arroyos y troncos.
Pero no pierdas la vista en el cielo,
que caerás de nuevo.
La prudencia es la mejor herramienta,
Para eso llevas cuerda y plano.
Así que no alimentes la desesperación,
que la calma te servirá de guía.
Porque aun perdido,
algún día llegaras.
(17 de febrero de 2015)
FPSA
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