domingo, 5 de abril de 2015

Somos esqueletos

Y nuestros huesos se rompen,
en pequeños pedazos.
Pero pegamos las partes,
dejándolas sanar con firmeza.

¿Pero si no fuéramos a regresar?
¿Cómo olerá la carne?
¿Estará oxidado por dentro?
¿O inamovible?

Al perder la claridad,
regresa a un punto de encuentro.
Sino, el polvo de tus huesos se dispersará.
¿Y cómo encontrarlo?

Son golpes que te hacen cojear,
o que te rasgan los pulmones al respirar.
¿Por qué las costillas no han sanado?
Y al profanar olvidamos que el tiempo solo auxilia.

Es nuestro deber encontrar las partes.
Por qué del amor al odio,
solamente quedas tú
 y solo tú para fijar las piezas.


(5 de abril de 2015)


FPSA

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