Miraba las estrellas y no podía dejar de pensar en la
humanidad. En que hace el hombre para no sentir soledad o si ella era la única
pensándolo. Eso la hacía sentirse aún más apartada pero al mismo tiempo le daba
fe. "Somos tantos que debemos haber miles viendo las estrellas" Así
es como recordó lo que siempre se decía de niña. "Esa persona con la que
compartiré mi vida debe estar viéndolas también". Pero no era así, o
mínimo la edad junto con el realismo se lo decían. Ese pensamiento no le quito
el miedo de estar sola pero tampoco lo empeoro, ya que le quedaba tan claro
gracias a su realismo que nunca lo estaría. O mínimo en cuerpo porque en alma
siempre lo estría.
(19 de enero de 2014)
FPSA
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