lunes, 9 de diciembre de 2013

¿A qué te sabe?

Tome la manzana, su color es tan vivo como el fluido vital de mi cuerpo. Acerque mi mejilla a ella, helada. La aleje de mí y miraba su pulido acabado, suspire su aroma. Su perfume era intoxicante, la acerque a mi boca y con una mordida su jugo fluyó por mis labios. Su sabor era dulce y un poco ácido a la vez y su textura trizada era fácil de morder. Tome otra, lucía un brillante color amarillo y unas manchas verdes, pequeña pero más perfumada que la anterior.  Esta la tome del tallo y la examine, tome el cuchillo y lo incruste en ella. El residuo de su azúcar quedaba en la cuchilla y tome la mitad de la manzana. La succione hasta dejarla seca, después la mordí para masticar su muerto interior. 

(13 de marzo de 2013)

FPSA

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