jueves, 23 de enero de 2014

Ocurrió en el baño

Ocurrió en el baño. La primera vez. Arriba, abajo, así iba mi cabeza. Se llenaba de humo, salí por mis orejas. Me retumbaba y mi cuerpo se hinchaba. Quizá todo no era más que mis propias sugestiones pero dentro de mi cabeza era real, para mis ojos, mis manos, para mi mente era real.
Los colores del día eran más rojizos, y el suelo se tornaba azul. Me levantaba pero mis pies no encontraban el suelo hasta que caía en él. Me rosaba mi cara pero aun volvía. Mi cuerpo siempre quedaba en un estado estupefacto, las señales no corrían de mi mente a mi cuerpo, se detenía en algún punto intermedio, tal vez en mi garganta o nadie prendía el interruptor para que fluyera el mensaje.
Las primeras veces lo hacía en el baño de mi departamento. Pero el sentimiento al estar solo normalmente creaba pensamientos que volaban y se apropiaban de mis extremidades, eran como demonios jalando de mis piernas y brazos. Sentía dolor, como si todos los conductos interiores estuviesen tapados.
Así fue por mucho tiempo y comencé a hacerlo en las calles, en callejones sin salida donde había más como yo. Aun mis sentidos se apagaban con excepción de mi vista pero ahora algunos colores se a griseaban, se tornaba marrón. La dependencia era ya algo más, brazos y diferentes entidades dentro de mí que me alejaban de mi humanidad, me llevaban a ser un tumulto. Un objeto sin vida que moría una vida más rápidamente. El vaho salía de mi boca y ese fue el último suspiro visible que salió de mí, porque aunque fuese un tumulto, un cuerpo visible, yo había cesado de existir.

(22 de enero de 2014)

FPSA

No hay comentarios:

Publicar un comentario